La noche prácticamente había caido sobre las solitarias calles de la ciudad. La melancolía se apoderaba de aquellos, otrora fervorosos momentos, cuando... nos encontramos con ella. "Sos boludo, garufa. ¿Es que vos no lo viste?" Era ella, Adriadna... quisiera ser lágrima tuya para nacer en tus ojos, vivir en tus mejillas y morir en tus labios. "Te fuiste dejándome el alma herida y espinas en el corazón". "De noche cuando me acuesto no puedo cerrar la puerta, porque dejándola abierta me hago ilusión de volver". "La guitarra en el ropero, todavía está colgada, nadie en ella toca nada ni hace sus cuerdas vibrar y la lámpara del cuarto haciendo de ausencia sentido..."

Adriadna amore amio... cuándo te volveré a ver...

 

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